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              Patricia 
              Matapoemas   
				
              Camino por la misma callevacía, obscura.
 
 Gatos que se quieren en la barda de la escuela.
 
 Camino
 por la misma calle cada noche
 y cada noche digo un poema
 que nadie oye.
 
               Recuerdo al poeta
 y al poema
 que no veo.
 
 Sólo los gatos se aprenderán su poemario.
 
 
 
              Camino 
				
              cierro la puerta,tu voz me abre
 la entrada que cierro.
 
 Miro la hora
 porque me dices que la mire.
 
 Se ocultan
 
				
              los filos de la cocina.  
				
              Gatos sin saberse desgarradores.
 
				
                
				
              Duele más que sólo veas la teleque me grites y veas  la tele
 que te valga madre y veas la tele
 y el número cincuenta fallecido
 -otro más del trasporte 
              público.
 
				
                
				
              Cada noche digo un poema 
				
              que nadie oye.  
                 
              
                
              
              
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              Yo no sabía que no 
              tenerte 
              
              podía ser dulce como 
              nombrarte 
              
              para que vengas 
              
              aunque no vengas 
              
              y no haya sino tu 
              ausencia 
              
                
              
              Juan Gelman 
               
              
                
				
                
				
              Me enchocotejo  
				
              verte  
				
              neblina.  
				
              Dormí volando la noche  
				
              sol en bolsa,  
				
              dormir  
				
              esencia de lúcuma  
				
              esencia de Karol.  
				
                
				
              Escalera sin tocar el suelo  
				
              dicen que río  
				
              dicen envidia.  
				
                
				
              Blumeaba llorando  
				
              más fácil callarme todo.  
				
                
				
              Es más fácil llorar de risa que llorar un 
              círculo.  
				
                
				
              Destemplada  
				
              deshilachada.   
				
                  
              
              
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              Me pregunto  
              
              ¿en verdad llegaré a escribir algo importante? 
              
              Sólo puedo escribir lo que siento.  
              
              Henriette Blum  
				
                
				
                
				
              Mascando un taco  
				
              Celia recordó cuando le hice un poema 
               
				
              (yo era del tamaño de mi pierna). 
				
                
				
              Celia me enseñó a partir huevos 
				
              ella no sabe de las veces que me parto. 
               
				
                
				
              Celia sólo me abraza  
				
              cuando chingo y chingo  
				
              con que me abrace.  
				
                
				
              Soy bella porque digo hermenéutica, 
               
				
              a veces no entiendo las miradas 
               
				
              soy bella porque me saco fotos con la mano 
              derecha.   
				
                
				
              A veces río cuando avientan mi cabeza. 
               
				
                
				
              Le digo a Celia que me tome en serio 
               
				
              pero no quiere  
				
              ella quiere un reloj  
				
              con manecillas pintadas.  
				
                
				
                 
              
              
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              No te avergüence 
              decir huecono digas mano fragmentada
 fractal vacío.
 
 No te avergüence mirarme pequeña
 no dices arrugas abriendo-me.
 
 No pidas poesía
 a un rincón limpio.
 
 No pidas silencio
 a sus uñas largas.
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              Berónica Palacios Rojas 
                
                
              
              El puesto 
                
              
              Sentada en el asfalto medito en los engranes de mi vida: 
              
              Hippie, pintora, despeinada y poeta,
              callejera,  madre y fumadora. 
              
              Currículum equidistante al 
              del hijo que juega sentado junto a mí con 
              un caballito de crepé.  
              
              Arte-zángana me llaman por 
              estar sentada en el piso y 
              contemplar las hormigas. 
              
              Forzar sonrisas y aclarar la voz: 
              “Lo 
              que le guste, amiga, todo está hecho a 
              mano y nada se desbarata”. 
              
              Desde el piso admiro los bellos pies,
              zapatos boleados, sucios o viejos.
              Intuir el color favorito e indagar
              sobre lo que buscan para convencerlos.  
              
              Estudiantes, señoras y muchachos 
              enculados buscan el detalle perfecto. 
              Soy 
              artesana
              torcedora de alambres,
              hacedora de arte único,
              original y creativo. Y, de 
              vez en cuando, tomo modelos prestados.  
              Mi 
              vida gira entorno a una manta
              extendida en el piso,
              pinzas, alambre y sin faltar una dosis de creatividad.
              Desde allí contemplo a las personas,
              conozco nuevos individuos,
              educo a los hijos de mi carne y a 
              los hijos de la escritura. 
              El 
              calor me abraza con su aliento, me 
              recorre entera y me enloquece.
              Pero, me fascina más que la lluvia y las hormigas que, 
              despiadadas, nunca me olvidan.  
              La 
              artesanía es noble como 
              los días nublados, sin viento. El 
              alambre dócil se  deja manipular ante 
              el cortejo de mis manos. En 
              el puesto hay tres tipos de ojos: ojo 
              de venado, ojo de gato y ojo de tigre. 
              
              Resaltan los aretes con encanto de moda,
              largos o pequeños, tornasoles, opacos, grisáceos o rojos. Sin 
              faltar el colorín, la joroba, el bambú, la amatista y el hem, el 
              caracol, la acerina y el cuarzo del amor. El 
              ir y venir de los mismos zapatos, las 
              visitas de amigos:  
              Paty 
              Mata el cansancio con su presencia. Las 
              comidas siempre se empolvan y el 
              agua se extingue rápido. Las 
              gotas acribillan el tapiz de 
              tonalidades que cubre el suelo,
              mientras Pável y Osvaldo ayudan en la huída.  
              Hay 
              que cuidarse del indigente, del 
              ratero y del lacra que me quiere tragar de un bocado.
              Trabajar sentada en el suelo, engarzar chaquira,
              atrapar sueños en mis versos,
              heredar éste noble oficio y
              despertar a los incrédulos que creen en las piedras del 
              dinero y de la suerte y no en el trabajo. 
              
              Llego a mi casa con un puñado de olores en mi pantalón,
              prendo un incienso y me encierro en el baño a escribir estos 
              últimos versos. 
                
                
                ______________________       
              
              Nostalgias 
              
                
              Mar 
              ¿Qué dudas 
              te impiden conocer su misterio?  
              Es sólo mar. 
                          
              Grande solitario que no deja de venirse 
              
                                                 en olas incansables de estar... 
                          
              Para conocerlo un poco 
                          
              se ocupa un paso 
                          
              a cualquier ángulo de su adentro. 
              se llega a 
              la sima,  
              
              entonces 
              topas con un 
              vientre preñado de silencio.     
              
              _____________________     
              Algún día   
              Algún día 
              escribiré  
              un poema que 
              se limite  
              a husmear 
              por tu cuerpo,  
              
              Y cada verso 
              será  
              un rosario 
              de metáforas rodantes. 
              Plasmaré un 
              poema que lama las frases llanas  
              arcaicas y 
              obsoletas para olvidar tu nombre. 
              
              Borraré en 
              un parpadeo  
              
              el inútil 
              espacio que nos separa. 
              Y recordaré, 
              una inolvidable historia,  
              
              cualesquiera
               
              
              –que está en 
              mi cuaderno- 
              Algún día, 
              espero que nunca  
                           
              
              vuelva a 
              encontrarlo.                                       |