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						Qué tan buenos son los buenos       
        			
					Libertad de Expresión 
	
				
					
	www.amnistia.org.mx 
					
    				
    				Declaración Universal de Derechos Humanos 
		  
		  
		  
		
		
		
				
				
		
		
		
		
		
						
						
						
						
						Los trabajos ocultos 
						
				
				
					
												            					
		
				
						
						
	La "terapia" del perdón 
						I 
						y II   
						
												            					
		
					
					
						
						
						
												            					
				
												            					
							
							
												            					
							
								            					
							
												            					
									
						
    					
												            					
				
												            					
					
    					
						Mitos 
						y leyendas 
						
						Einstein le 
						llamó: "acción fantasmal de la física cuántica" 
						  
				
						
												            					
						
				
		
					
					
						
						
						
												            					
				
												            					
							
							
												            					
							
								            					
							
												            					
									
						
    					
												            					
				
												            					
					
						Mitos 
		V 
						
						 
				
						
												            					
						
						Telepatía y ciencia ficción 
		 
		
		
		Mitos IV 
						
						
						
						El karma: la proyección 
						de lo que hacemos 
						  
												            					
	
		
		
	
	Mitos 
	
		
	
		III
	
		
		México y la mala 
		suerte   
					Mitos 
					II 
	
		
		
	
						
					
												            					
						
	
	México y el karma   
		
		
		Mitos 
		
												            					
		
		
		
		y leyendas 
		
												            					
		I 
		  
		  
						
						
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			Cristina de la Concha aquí con un clic   |  |  |  |  | 30 de marzo, 2018 
	
	Cristina de la Concha   
	
	Ausentes en el campo de juego 
	
	Qué tan buenos son los buenos II   
	
	  
	
	 “Los buenos” tendrían que llegar a las asambleas para elegir a los 
	candidatos como los ciudadanos tienen que llegar a las urnas a votar por los 
	funcionarios, y, de la misma manera en que promovemos que la gente vote en 
	las urnas, debemos promover y fomentar la participación política en los 
	partidos para elegir a esos candidatos de entre los cuales se elegirán a 
	los funcionarios, de otro modo, nos dan lo que ellos quieren. Una de las 
	razones por las que la ciudadanía no quiere ir a las urnas es por la sarta 
	de rufianes de entre los cuales hay que escoger al mejorcito o “menos peor” 
	para votar por él, lo cual es, incluso, humillante en numerosas ocasiones. Esto es que afiliarse a 
	los partidos políticos resulta tan importante como votar en las elecciones. 
	
	Pero sus pruritos se muestran infranqueables por todos esos derechos a los 
	que somos acreedores, como que trabajan demasiado para encima dedicar 
	esfuerzo a la militancia, que por eso estudiaron una carrera, que no les 
	gusta la política, “que se ocupen aquellos a quienes sí les gusta”, que 
	quieren pasar su tiempo libre en paz, con sus amistades, con la familia, 
	socializando, disfrutando. Porque sí es verdad que los mexicanos trabajan 
	mucho, trabajan demasiado, la mayoría más de ocho horas, 10 ó 12 horas 
	diarias, lo que, por supuesto, aquellos otros han aprovechado para su 
	beneficio, ¡se queda el campo libre para ellos! y mientras “los buenos” 
	trabajan, “los malos” van en la corriente tomando ventaja. 
	
	Y ha predominado la creencia de que unas personas son para estar en la 
	política y otras no, y que así debe estar repartida la ciudadanía, por 
	consiguiente, no participan y los partidos se llenan de los rufianes, les 
	hemos despejado las canchas y ellos juegan en ellas a sus anchas, a su 
	antojo, y la política es asunto de todos los ciudadanos porque de ella 
	dependen los impuestos, los servicios, nuestros empleos, nuestras vidas, y, 
	por tanto, todos debemos intervenir.  
	
	A esto se suma lo desesperante e insufrible de esas asambleas, donde muchos 
	hemos, luego de horas, terminado pensando ¿qué necesidad hay de estar 
	soportando esto?... y eso es exactamente ¡lo que aquellos quieren!, ¡que se 
	desesperen y se vayan!, los reglamentos, los papeleos, la burocracia y sus 
	temibles discursos, la retórica, las trampas… entretener en un asunto, 
	desviar los puntos de relieve, que no se resuelva, enganchar en temas 
	irrelevantes, hacer perder el tiempo, “grillar”…  se eligen dos o una terna 
	de precandidatos que posteriormente negociarán entre ellos, ¿quién da más?, 
	se preguntarán como en subasta, como si se tratara de la propiedad de un 
	bien mueble o inmueble a la venta cuando es el poder público lo que está en 
	juego, ese poder que han usado para perjudicar a la población, a nosotros. 
	
	Tiene sentido participar y uno mayor luego de ver unas cloacas destapadas 
	como "la estafa maestra", los desvíos millonarios hacia algunos partidos, 
	las empresas fantasmas, proyectos fallidos o que las firmas de la indígena 
	María de Jesús Patricio para ser candidata independiente no fueron compradas 
	ni fraudulentas, vaya, ¡sí hay gente honrada!, –cuando se dijo que las de la 
	única aspirante a la candidatura nacional independiente que fue aceptada por 
	el INE fueron cientos de miles obtenidas con fraudes, y aquí podemos 
	observar las jugarretas del destino, las paradojas, las trampas de “el 
	sistema”, sí se pudo una cosa pero no se pudo la otra, las firmas honestas 
	de la indígena Patricio no fueron suficientes en número para obtener la 
	candidatura, todo preparado “a modo”, como receta de pay de limón–. 
	 
	
	Los partidos eligen a sus candidatos y, entonces, la gente que, asombrada, 
	pregunta ¿cómo, habiendo tantas personas capaces y honestas, pudieron elegir 
	a esos tipos de candidatos?, tiene ahí su respuesta: los capaces y 
	honorables no llegan a las asambleas porque “los malos” los ahuyentan con 
	sus formas y sus métodos inventados a modo para cubrir a “el sistema”. Y 
	para dorarles la píldora a los ciudadanos, ya que están en ese punto de 
	frustración, “los malos” sueltan frases como al aire, que algún militante 
	dice y otro repite, como la de que "ya todo está arreglado”, ¿cómo?, que ya 
	todo estaba arreglado desde antes, que eso iba a suceder, frase como para 
	“ajustar”, es una “aceitadita” para que se deslice en sus mentes la idea de 
	que existe una “fuerza poderosa” que tiene todo decidido, que no es posible 
	cambiarlo y que no hay remedio. 
	
	Parte de esa “fuerza poderosa” es lo que “los buenos” han obsequiado a “los 
	malos”: la cancha, el campo despejado para su juego a su libre, 
	malévolo y pervertido albedrío. 
	
	Tiene sentido afiliarse para cambiar esas recetas de pay de limón que han 
	hecho esos mismos, los de “el sistema”, a su conveniencia para “entretener y 
	que no estorben”. Tiene sentido afiliarse para detener el derramamiento de 
	sangre, los despojos, las desapariciones, el neoliberalismo que daña a todos 
	–ricos y pobres–, pero ir en bola, acudir masivamente, unidos protegerse, 
	cumplir con sus requisitos, estudiar sus mecanismos amañados y revirar. 
	
	Es todos juntos y nosotros somos más.       
		
		cristinadelaconcha@hotmail.comhttps://www.facebook.com/cristina.delaconchaortiz 
		
		 
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