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						¿La otra cara de la moneda? 
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					por Cristina de la Concha |  |  
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							Sí, ya estuvo bien con que 
							
							
						"las pobrecitas mujeres que viven 
							auto-conmiserándose y culpando a sus hombres de sus 
							desgracias", sí, basta del abuso de leyes 
						y decretos, de slogans y frases, de abusar de lo 
						que se dice por ahí, pero no dejemos que la bruma 
							ensoñadora nos envuelva: la lucha por 
						instrumentos jurídicos por proteger los derechos 
						femeninos debe continuar pues una cosa es el abuso de 
						los mismos, aspecto que debe abordarse desde otro 
						ángulo, y, otra muy distinta, los derechos de la mujer. |  |  
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						     Es 
						decir, 'equidad de género', término referido únicamente 
						a derechos, no significa de ninguna manera que hombres y 
						mujeres seamos iguales, tal y como muchos han querido 
						interpretar, porque no somos iguales: los hombres no 
						pueden gestar, no pueden parir ni lactar, los hombres no 
						pasan por un período de nueve meses para tener un hijo, 
						los hombres no se ven sometidos por ginecólogos anuales 
						ni a análisis y estudios tan dolorosos como 
						desagradables ni a contracciones de parto, muchas veces 
						por periodos prolongados y dolorosísimas para la 
						mayoría, mucho menos por las molestias y el desgaste 
						físico. |  |  
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						     Por 
						lo tanto, en lo que se refiere a los derechos del hombre 
						sobre el embrión para caso de aborto cuando el embarazo 
						es producto de una relación sexual consentida por ambas 
						partes, la ley señala, donde ha sido aceptado, el 
						derecho de la mujer sobre su propio cuerpo dadas 
						las razones que menciono en el párrafo de arriba, es 
						decir que el derecho del hombre juega en la medida en 
						que su cuerpo no es afectado por el embarazo, no se 
						puede obligar a ninguna mujer a someter su cuerpo a la 
						gestación y todo lo que esto representa de la misma 
						manera en que no se puede obligar a un hombre a la 
						vasectomía.  |  |  
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						     Por 
						otra parte, cabe mencionar un caso que conocí en que el 
						marido exigía a su esposa embarazada que trabajara con 
						toda normalidad 
						con el argumento de que ella era una "mujer 
						económicamente autosuficiente y con un elevado nivel 
						educativo", esto es que este hombre no aceptaba que ella 
						no pudiera subir cierto tipo de escaleras o tuviera 
						mareos que le impidieran desempeñarse plenamente, y lo 
						peor, que no dejara de trabajar en la cuarentena pues 
						era 'autosuficiente'. |  |  
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						Así, entonces, existen hombres que abusan de los 
						argumentos como existen mujeres que de igual manera lo 
						hacen, la actitud de abuso existe en el ser humano y no 
						es exclusivo de uno o de otro. |  |  
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						     Sí 
						es
						notable que se imponga la presunción de culpabilidad del 
						hombre en caso de divorcio pero es más notable que, aún 
						siendo así, en la mayoría de los casos, la mujer termine 
						perdiendo, ¿por qué?, porque el hombre utiliza 
						argumentos como el anterior o por corrupción o porque 
						cae encima de los involucrados la bruma que no permite 
						vislumbrar con claridad. Cabe 
						mencionar otro caso en que como la mujer era 
						"económicamente autosuficiente y con un elevado nivel 
						educativo", el marido sólo le dio pensión alimenticia 
						para su hijo aun cuando ella no podía trabajar tiempo 
						completo pues ella mantuvo la custodia y debía dedicarle 
						a su hijo de cinco años toda la atención que requería: 
						llevarlo y recogerlo de escuelas (primaria y futbol, tai 
						kuan do, etc), ocuparse de sus comidas, ropa, médicos, 
						material escolar, fiestas y regalos de los amiguitos, 
						todo lo cual no sólo implica tiempo sino que también son 
						actividades que debían realizar equitativamente y al no 
						hacerlo así, él debía compensarlo de alguna forma, pero 
						el 'argumento' (o corrupción o 'bruma ensoñadora') masculino fue tan 'sólido' 
						que ella no mereció pensión alimenticia por ese medio 
						tiempo que no le era posible desempeñar profesionalmente. |  |  
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						Luego, entonces, si cesa de imponerse la presunción de 
						culpabilidad del hombre, ¿la circunstancia femenina no 
						sería peor? |  |  
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						Si bien el compañero César Cruz I. afirma que los 
						cambios legislativos le otorgan a la mujer importantes 
						ventajas con respecto del hombre rompiendo así, "de 
						hecho y de derecho, con la conceptualización pura de la 
						equidad de género", considero que dichas 'ventajas' 
						mitigan un tanto las desventajas de la mujer en cuanto a 
						su condición de ser 'preñable', de padecer mayor 
						susceptibilidad a enfermedades que la obligan a 
						revisiones con una periodicidad que el hombre no padece, 
						de ser mucho más vulnerable a la violación sexual y a la 
						violencia que el hombre, aun cuando la mujer sea 
						económicamente autosuficiente y de un elevado nivel de 
						educación, vaya, su autosuficiencia y educación no la 
						libran de ser tentación para el hombre. |  |  
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						Definitivamente, considero que la mujer debe tener 
						ventajas que compensen su naturaleza, que es menester 
				desmenuzar los elementos que confluyen para tener realmente 
				equidad de género para lo que es necesario disolver la bruma que 
				no permite vislumbrar con claridad, que no, por ser 
				profesionales, dejamos de ser mujeres y madres 
						
						–o 
				'ni madres', con toda deliberación en los dos sentidos mexicanos–. |  |  
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