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			De la 
			poesía de Ma. Eugenia Rodríguez Gaitán   
		
												            					
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			LUZ 
			QUEMADA 
			
			
			La vida es un ritual 
			
			
			que describe 
			
			
			el enigma pasajero 
			
			
			que muere contigp 
			
			
			Gösta Agren 
			
			  
			
			Llegue detrás de ti    sembrando flores silvestres y obsesiones 
			tardías 
			
			Esperé  inútilmente que regresaras a la parcela donde sembramos  
			vigilias 
			
			donde asaltamos al sol y le robamos sus lienzos de luz quemada
			 
			
			para cubrir cada centímetro de nuestros cuerpos fermentados 
			
			Nos cubrió una amnesia y un puño de tiempo que no sentimos 
			
			cuando el geométrico muro de espejos bifurco  la calle de  costumbre
			 
			
			y nos perdimos amor   somos ahora arena remolida en el tintero 
			
			plumas distantes     historias sin origen    ni un  final certero 
			
			  
			
			  
			
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			SERPIENTE DE LUZ 
			
			  
			
			Todo tu cuerpo es luz que atraviesa mi memoria 
			
			 explosión de partículas iluminando la vereda anochecida 
			
			ceguera instantánea en los campos  de amapolas 
			
			cuando estalla al filo de la aurora 
			
			luminosa serpiente que repta mortal entre las sombras 
			
			Tu luz es el conjuro anclado que despierta a la tierra 
			
			relámpago que abre puertas al abismo primario de la bruma  
			 
			
			cuando desata los párpados  dibuja cuerpos sin reposo 
			
			y pinta la yerba   mi piel y sus prodigios 
			
			  
			
			  
			
			  
			
			  
			
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			CORAZÓN DE HIERRO 
			
			
			Mandé que abrieran las puertas 
			
			
			para ahuyentar secretos 
			
			
			“Puerta abierta” Dolores Castro  
			
			  
			
			Desde el profundo azul    construiré mi casa de recuerdos 
			
			Haré una escala de enraizada hiedra que oprima al muro de sal 
			
			y treparé     aunque las espinas se siembren en mi cuerpo 
			
			Con las manos rasgadas     que dejan los que olvidan 
			
			puliré los recuerdos    las fechas   los rostros 
			
			una calle empedrada cómplice de locura y sortilegios 
			
			de tus brazos en fuga permanente    por mi piel mojada 
			
			de labios a la deriva que no encuentran anclaje ni puerto 
			 
			
			y esa mirada que cambia el rumbo profanando cada rasgo 
			
			hasta ahí se elevará el fuego que templa hoy mi corazón de hierro 
			
			y desgarrado crece como mar perdido en la borrasca 
			 
			
			Permaneceré en vela con la soledad repleta de hojas verdes 
			 
			
			esperando abierta   esa cálida ventana   
			
			como un desmemoriado día    se abrirá mi pecho 
			  
		
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