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14 de diciembre, 2014

 

 

Los vendidos y los infiltrados

Consigna

Cristina de la Concha

 

Los vendidos son aquellos cuya vida depende de alguien más, sea un individuo o un grupo, pero en estos tiempos ha quedado muy definido en nuestro país un uso: los que por interés económico traicionan a su propio grupo, a su comunidad, a su sociedad, al defraudar su confianza espiándolo, sembrando la discordia –con el muy conocido lema “divide y vencerás” –, introduciendo elementos perjudiciales en el grupo, induciendo a sus miembros a realizar acciones dañinas para ellos mismos, como señala Octavio Rodríguez Araujo en su artículo De infiltrados y provocadores (La Jornada, 27/Nov./14 http://www.jornada.unam.mx/2014/11/27/politica/027a2pol#sthash.PmsLIg13.dpuf). Son grandes hipócritas e incluso histriones, se creen su propia obra de teatro, muestran particular interés en la persona espiada, como si les preocupara mucho su bienestar, y hablan pestes de sus propios “compradores” –con su autorización e instrucción– para que les creamos, para incitarnos a cometer errores y para… hundirnos. Se piensa que ganan mucho dinero y andan en autos de lujo, pero suena más lógico que ganen lo que los compradores quieran pagarles, de acuerdo con la ley de la oferta y la demanda, qué sentido tendría que los “compradores” gastaran parte importante de sus ganancias en “vendidos” pero sobre todo porque son demasiados los que hay, y éstos ¿pueden renunciar como de cualquier empleo? ¿con la información que ya tienen pueden cambiar de comprador así nomás?, más bien, quedan atados y con enormes dificultades para desatarse porque unos y otros ya saben quiénes son. Los vendidos andan como el común denominador o se hacen pasar por pobres para ser creíbles, para convencer. Los infiltrados son lo mismo con la diferencia de que éstos se introducen en un grupo o en la vida de una persona.

Ambos términos per se implican deshonestidad, traducida de la ambición y una carencia absoluta de sentido de humanidad, de sensibilidad, aunque hay casos de vendidos por amenazas y los obligan a ello. O bien, deviene en personas inconscientes, que creen que la vida es un juego y que eso es parte del juego, que sólo están jugando, o es de aquellos que nacieron en ese medio y es lo único que saben hacer, creen que está bien, lo viven como una herencia.

Pero existen quienes sufren un hondo resentimiento social, un enojo profundo con la vida que les tocó y venderse es una forma para ellos de venganza, odian verdaderamente a todos aquellos que tienen una mejor vida, como si fueran los culpables, más bien, hacen culpable a todo aquel que tiene un poquito más que ellos y los  repudian, esto los convierte en buenos “vendidos infiltrados”, porque desempeñan muy bien su función, con un rencor real, pero también detestan al que los compra porque saben que es igualmente culpable de su destino y aunque sean aparentemente fieles, son potencialmente traicioneros. De hecho, todos son potencialmente traicioneros, porque el que traiciona a los suyos tiene una mucho mayor disposición a traicionar a los que no son “los suyos”, lo cual, por supuesto, no deben ignorarlo los “compradores”, así que son relaciones, o “negociaciones”, susceptibles de reventar en cualquier momento, por lo que imagino que los “compradores” no les dan “manga ancha” y los han de traer mediditos, usándolos y manteniéndolos en un estira y afloja que les impida traicionarlos. El destino de los vendidos/ infiltrados no es siempre favorable.

¿Cómo detectarlos? Es muy difícil y, aunque suelo dar el beneficio de la duda, ha llegado el momento en que ya no se debe dar tan generosamente por la dura situación que pasa nuestro país y no quisiera rayar en la paranoia pero los vendidos/ infiltrados pululan por todos lados. Me parece que deberíamos asumir la consigna de paz cabalmente ya que presenta una mayor posibilidad de reducir riesgos, y en todos los ámbitos, es decir, echar a un lado las rencillas, retos, celos y competencias que sólo provocan al ego y evitar por todos los medios posibles conflictuarnos entre los que estamos de un lado. Apoyarnos mutuamente y eludir a todo aquel que trate de provocarnos problemas por mínimos que sean, o de provocarnos a nosotros, estar en paz con todos, digamos que pusiéramos las viejas rencillas o cualquier rencilla personal en stand by, en modo “pausa”, que pusiéramos tregua mientras terminamos de salir del bachesote o, más bien, de la hondonada donde se encuentra el país en una consigna de resistencia. Es decir, alguien que no te apoye, evítalo, alguien que te diga algo desagradable, evítalo, alguien que te haga menos (por insignificante que sea), evítalo, quien te ignore, evítalo, quien te haga una broma pesada (y aunque no sea pesada), evítalo, y si todo esto lo hace en público, con mucho mayor razón evítalo. No peleemos con nadie, no es momento para pelear entre nosotros. Claro que si alguien te agrede, defiéndete en el momento, y defiéndete bien; después, aléjalo de tu vida. Si desconfías de alguien, elúdelo, si desconfiabas de alguien desde antes del bache, elúdelo también. Mantén tus reservas, manténte reservado. Disculpémonos en todo momento por nuestros propios errores, por omisión, por olvido, por lo que sea, mostrando así buena disposición. Los vendidos/ infiltrados, aunque sí se disculpan, lo hacen en muy rara ocasión, o lo hacen una vez para ganarse tu confianza y no lo vuelven a hacer, o lo hacen y no vuelven a acercarse a ti.

La lucha es contra ellos, no entre nosotros. Recordemos que ellos son buenos hipócritas y harán todo lo posible por ganarse tu confianza para después golpearte a ti o a tu grupo. Con esta consigna, cualquier problema o mal rato que te provoquen servirá de señal de que esa persona es vendida o infiltrada. Vaya, si todos estamos en buena disposición con nosotros mismos en todo momento, si todos estamos en el mismo “canal”, no hay manera de que nos pase desapercibido un vendido/ infiltrado, y aunque éstos persistan (porque sí lo harán), no pasarán de espiar, lo que ya es ganancia, ya no podrán meter cizaña o la meterán sólo una vez. Y, sabiéndolo todos, estaremos conscientes de que si nos dejamos llevar por los apasionamientos, se alejarán de nosotros; la forma de evitar la visceralidad es no perdiendo de vista el objetivo: estamos en la lucha pacífica por nuestro país, por nuestra tierra, nuestra casa, nuestra familia. Cuando termine la lucha, podremos retomar las viejas costumbres, si es que todavía las queremos.

Claro que esto no elimina a los leguleyos y languaricas que, por esta consigna de paz, tendremos que estar escuchando, y donde será de vital importancia no perder el enfoque en el punto tratado, no permitir que la persona se salga del mismo, no perder la objetividad, no darle oportunidad a alargarse envolviendo así a los más incautos, pues estos personajes siempre implican una alta probabilidad de ser vendidos, infiltrados o estafadores simples. Nosotros mismos tenemos que volvernos más directos y concisos en nuestros planteamientos y declaraciones.

Si ésta es la consigna, apegada a la consigna de manifestaciones pacíficas, y llega a la mayoría de la gente, no hay pierde, es mi conclusión después de mucho reflexionarlo. Si ellos hablan de amor o amistad, lo harán sólo para que confíes, después dejarán de hacerlo, quizás al leer esto (lo que seguramente no se perderán) reforzarán sus frases de amor o amistad, pero no por mucho porque entonces, estarían faltando a sus propios planes (instrucciones recibidas de sus jefes). Esta consigna implica un esfuerzo de paciencia y tolerancia hacia los demás, pero asumir una actitud de amor y perdón es de gran ayuda para ello, con lo que corroboro que es doble y tríplemente valiosa la asunción de esta actitud (si por algo lo dijo el Dalai Lama).

 

 

 

 

 

 

 

     
  Libertad de Expresión  
     

www.amnistia.org.mx

 

Declaración Universal de Derechos Humanos

 

Declaración de Principios sobre la Tolerancia

 

Centro de Capacitación y Apoyo Sexológico Humanista, A.C., CECASH

 

16 de noviembre, día Internacional de la Tolerancia

 

 RESPETO A LA  DIVERSIDAD SEXUAL

http://www.cecash.org.mx/

Día Nacional de Lucha Contra la Homofobia 17 de mayo

 

www.unesco.org

 

http://www.un.org/spanish/

 

Movimiento Contra la Intolerancia, MCI

 

Hombres trabajando, por César Cruz, 18.Jul.07

 

 

 Lucha por los derechos de las mujeres: el 8 de marzo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                 
                 

 

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