AMANECE EN SANTIAGO
Del libro Nuestra Tierra gime y grita.

El río presuroso
corre bajo mi ventana.
Apenas unos autos
por las grandes avenidas,
todavía desiertas, despertando
bajo la tímida luz del sol,
que entibia esta mañana
naciente, limpia y clara.

Solo algunas bicicletas
contra la corriente altiva
del Mapocho,
solo más tarde algunos
se irán con él,
como mi despedida,
de las nevadas montañas
y los valles de la pre cordillera
el Élqui y monte Grande
donde los poemas
de Gabriela Mistral, sobrevuelan.

El corazón de Neruda en isla Negra
o en los cerros de Santiago
y Valparaíso con sus casas
la Chascona y la Sebastiana
impregnadas de su pluma militante.
Y el mar, el mar
con sus caletas de pescadores,
alimentando el corazón
de sus bahías,
de un pueblo dispuesto a vencer
movimientos aterradores,
terremotos, sunamis
con esa fuerza del amor
por su tierra.
Un pueblo que hoy se levanta
en una sola voz frente a la injusticia,
esa injusticia que no para…