ERÓTICA


    Trenzas sensuales
    de carnes enamoradas
    en la humedad desbordante
    de un beso genital.
    Pálpitos de cuerpos
    y contagio en ritmo
    de música y éxtasis
    en momentánea eternidad.
    Desnudez y blandura
    de pieles sensitivas
    y labios hambrientos
    con ganas de besar.
    Susurros perdidos
    de almas entregadas
    en caricias que contienen
    la fiel totalidad.
    Búsqueda del opuesto
    y encuentro en el perfume
    del mundo soterráneo
    en el círculo carnal.
    Las flores con el verde
    de un contexto en el olvido
    son piropos nunca dichos
    de esta escena forestal.
    Extendida y en la hierba
    cubierta y al desnudo
    tu pecho en mi boca
    con su gula virginal
    mientras el aire nos retoca
    y olvidados ya de todo
    estamos uno en el otro
    en festiva dualidad.

    Great Falls, Virginia
    2 de Junio de 1975

     

     

    SULAMITA FEBRIL


    Fue acaso
    en un cálido Abril
    que nos encontramos
    Sulamita febril.
    En ritmo de música
    felicidad sin fin
    tus bellos contornos
    vibraron en mí.
    Al cubrir tus pechos
    tus labios sentí.
    El calor de un beso
    de ti recibí
    y todo lo mío
    a ti te lo di.
    Blancuras de un río
    copos de marfil
    deseando entregarse
    quedaron alli
    en la humedad de tenerse
    juntitos así
    como si fuéramos
    de la calma a morir
    en los brazos muy grandes
    de tu cuerpo abierto en mí
    cuando nos encontramos
    en aquel cálido Abril.

     

     

    NOCHE ENAMORADA


    Una luz furtiva pintaba
    el perfil de tu figura
    con líneas de ceniza
    mientras la oscuridad retenía
    el calor de tus carnes y deseos
    en sutil insinuación.
    Mi mano recorría tu cuerpo junto al mío
    emisario indetenible
    de recíproca pasión.
    Me besaste en mi beso
    con maldad irresistible
    de Eva perdida
    en el paraíso del amor.
    Mi boca llena de la gula de tenerte
    sintió tus pechos y labios,
    cuello y frente, como en un sin fin
    de caídas torrenciales
    en la tierra fértil de tu sedienta vida
    y llena en un abrazo
    de éxtasis indescriptible
    nos hizo como barro
    solo uno de los dos.


    Reston, Virginia 12 de Junio de 1975