Tulancingo cultural

tras los tules...

Tulancingo, Hidalgo, México

Principal (portada) en las letras en la música en la actuación en la plástica sociológico y social histórico centros y actividades culturales diversas de Tulancingo gastronómico ciencia y tecnología municipios  hidalguenses
 
anteriores
 
danza performance teatro
 
cine
 
prehispánico
 
tradicional y legendario
interesante
 
hacedores
 
     
 

autores - los maestros en Tulancingo - autores tulancinguenses - autores hidalguenses - reseñas - libros y revistas - premios y reconocimientos

 
 

bibliotecas - derechos de autor - encuentros y festivales - talleres - convocatorias

 
     

25 de junio, 2006

  1er Encuentro Nacional de Escritores en Tuxtepec, Oax.
   

Encarnación Ríos Collazo

Marco Fonz de Tanya

Reynaldo Carballido

Presentación del libro Escritofrenia de los poetas  Alberto Candelas, Nicolás Fuentes, Germán Lastra, Raúl Iván Méndez Arzola, Elisena Ménez, Jorge Quintanar, Jaime Ortiz Álvarez y Gustavo Ponce Maldonado, por el maestro José Antonio Durand

 

 

Celebra asamblea Comité Nacional de Escritores Literarios en la que adhiere otros estados de la república

Asisten sesenta escritores de 17 estados

El Estado de Hidalgo, miembro del Comité Nacional de Escritores Literarios

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   

María Encarnación Ríos Collazo

 

De Etnografía de los amantes distantes

 

Los amantes distantes contienen en sí todo el universo.

 

Los amantes distantes contienen en sí todo el universo.

Su magnitud deviene de la distancia y de la ausencia

que en sus pupilas se hacen lluvia

y multiplican el liquidámbar de los sentimientos.

 

Los amantes distantes son más que amantes juntos

porque el espacio entre uno y otro lo llenan por sí mismos;

son como un cuerpo inmenso que se crece en el aire.

 

De hecho cada ave, cada pluma y cada mariposa

son vehículos para expandir sus límites.

 

Los amantes distantes llegan hasta las galaxias;

el universo es todo de ellos,

la distancia es su posibilidad,

la alargan, la alargan y la alargan

en las noches insomnes en que sus párpados

se mantienen como conchas de nácar abiertas a la luna.

 

Los amantes distantes son dueños de todos los perfumes,

de todas las plazas, de todas las nubes, de todos los rincones.

 

Se identifican con un perro que aúlla

porque saben del dolor de aullarle a alguna estrella

para que sea piadosa y los una en suspiros.

 

Se identifican con el alhelí  porque cuidan su piel

para otorgarla al otro  en el sueño de la hora sumisa

de acostarse desnudos  en camas solitarias.

 

Se identifican con la noche porque como ella son oscuros;

oscuros como grutas  primordiales y tibias,

con pensamientos únicos, como lúmenes  uterinos,

como soles ocultos bordados en el refajo del tiempo,

como diamantes todavía guardados en su apariencia de carbón.

 

Los amantes distantes contienen en  sí todo el universo

y las lenguas están imposibilitadas para hablar de ellos

porque nadie los ha visto.

 

Son como almendras: se quitan la piel y la carne,  y el corazón,

 y donde nada queda,   allí están,  (están allí),

“como un recuerdo más, como una flor natural,

como un aroma”, expandidos por todo el universo.

 

Los amantes distantes  son incorpóreos,  por eso pueden volar,

y tener la sabiduría de los nahuales, de los brujos,  de los chamanes,

y beberse todo el mundo en una magnífica copa de silencio.

 

 

Los amantes distantes son solitarios.

 

Los amantes distantes,  herméticos, ausentes de los ruidos

son como las gramíneas, son como los jarales;

estallan solos en la tierra húmeda de sus búsquedas.

 

Son como canarios sordos, como musgos altivos;

huyen de los ríos de asfalto que llevan cenizas anónimas;

son egoístas  porque les bastan el secreto y el silencio

para pintar sus soles orgullosos, sus amapolas lúbricas,

sus encantamientos de dalias resueltas a la muerte.

 

Los amantes distantes son desconocidos, raros, diferentes;

a veces se pierden para encontrarse en libros

como flores recuerdo disecadas, (desafíos al olvido)...

 

Son como hojas insumisas que sólo  libres van sueltas del árbol;

son como arenas perdidas bien lejos de su playa,

como manos desencontradas, como dientes de león desperdigados.

 

Los amantes distantes son solitarios;

se alejan hasta del pan y enflaquecen voluntariamente

soñando con las manos del otro sobre su vientre y sobre sus costillas,

por eso no comen, apenas beben viento y aspiran madrugada,

porque no pueden romper en un acto trivial el rito verde

del infinito sueño del reencuentro...

 

Los amantes distantes están solitarios siempre

soñando, como toros obstinados, con la vuelta del otro.

 

A veces se hacen síntesis en una cruz,

en una piedra, o en  un ataúd de misterio.

 

Allí  abordan su inevitable regeneración.

 

Por eso a veces de su cráneo brotan irreverentes

dos colibríes en celo con un canto de lluvia.

 

 

Los amantes distantes son polígamos.

 

Los amantes distantes son polígamos;

copulan noche a noche con el silencio

en camas amplias y húmedas;

parten besos, inventan desatinos, 

y gritan,

           gritan como locos,

                                     como ebrios,

                                                 como cocainómanos

el nombre del amor...

 

Gritan hasta que  agotan sus gargantas,

hasta que las rajan como ocotes hambrientos,

hasta que las resecan como cuevas prehistóricas,

como tumbas egipcias,

como cañones  pétreos deglutidos por el tiempo.

 

Luego flotan en ritos desquiciados

con los ojos convertidos en cenotes de lágrimas.

 

Se desvelan hasta que se vuelven locos,

invocan las presencias de los otros y no los dejan dormir.

Aún en las placentas de la distancia se oyen sus clamores.

 

Inventan amapolas que no han visto,

inventan palabras que no han oído.

 

Se sienten iluminados y se roban las palabras,

todas las palabras, de todos los lenguajes,

y todavía les parecen pocas, pobres, insuficientes,

para decir desolación, deseo, amor,  y copular con ellas

hasta dejarlas como alondras taciturnas.

 

Luego, no conformes,  minuto a minuto,

practican sexo oral con las flores: 

las muerden, las besan,  las  mastican;

se beben un licuado de camelias,

comen panes rellenos con pétalos de  rosas,

beben grandes   jarros de aguamiel con violetas

y comen miel aderezada con orquídeas adolescentes.

 

Sus orgías no acaban...

a veces, al canto de los gallos, se exacerba su ebriedad motriz,

entonces rompen lotos sagrados, juran sobre cruces de arena,

y todavía se crecen invocando la herencia de todo el universo

para justificar su insumisión.

 

Hasta que la claridad del día los somete como a vampiros sin destino,

como a palomos sin voz, como a niños enfermos,

como a mujeres viudas o como a hombres olvidados.

 

Entonces dormitan un poco y parecen hormigas

sobre una piedra de desolación.

 

Al levantarse llevan colgando en sus mejillas

todos los sentimientos del mundo.

 

Y prosiguen su marcha enajenada

saludando,  orando  y  salmodiando,

todas las horas, los minutos, los segundos

a un ser extraño  e invisible al que llaman Futuro.

 

 

 

__________________________________________

Gracias por su visita

www.tulancingocultural.cc ® Derechos Reservados

tulancingocultural@hotmail.com

info@tulancingocultural.cc

Aviso legal para navegar en este sitio

 
 

Visitas en las páginas que tienen este contador:free counter

 
 

free counter