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Es un privilegio contar con docentes comprometidos con el desarrollo
cultural de una ciudad, de un pueblo, de un país. Déjame contarte,
querida Cristina, que, acá en Chile, uno de los motivos principales de
los fracasos de las políticas educacionales ha sido no contar con
docentes y directivos que sean reales agentes de cambio en el aspecto
cultural-artístico en los procesos educativos y de formación, pues sólo
son funcionarios que cumplen sus horarios de las clases y se retiran, no
entregan ni un segundo de su tiempo al crecimiento y afianzamiento del
acervo cultural de los estudiantes y de las comunidades. Es por eso que
todas las políticas educativas están apuntando a replantear esta
situación y no se concibe en la actualidad que existan docentes NO
COMPROMETIDOS con el desarrollo social y cultural de las diferentes
zonas y culturas que en Chile coexisten.
La delegación chilena guardamos un profundo agradecimiento por la
oportunidad que nos brindó el encuentro de poder efectuar un trabajo
sistemático y relevante en las distintas unidades educativas que
visitamos, fueron hermosos los recibimientos, el respeto, el cariño y la
dedicación que hubo a nuestra llegada a cada Escuela, coordinaciones que
siempre estuvieron acompañadas de este gran grupo de profesores que nos
guiaba, nos contaba de la gente, de la arquitectura y de lo fascinante
de cada una de las localidades. Medalia Galván, Rogelio Espinoza,
Alberto Ángeles, grandes personas y grandes profesionales que dejaron
muy alto el nombre de México como país anfitrión. Guardo en lo personal
un muy buen recuerdo de esa experiencia inolvidable de las visitas a las
escuelas, pues generalmente, visito universidades en donde doy clases,
conferencias y hago lecturas, pero esta vivencia pedagógica de estar en
un aula con niños y adolescentes no la olvidaré, de hecho Cristina, te
confieso que este cuadro irrepetible de Hidalgo marcó un antes y un
después en Mí como docente.
Me gustaría, también, comunicarme con José Castro Valentín, Director de
una escuela en Pachuca, quien tuvo la gentileza de irnos a buscar a las
08.00 horas al terminal de buses de Pachuca el primer día, cuando
llegamos a México: fue de inmediato una postal de respeto y dedicación.
Luego, en su colegio tuvimos un recibimiento entre aplausos, una banda
tocando para nosotros, bailes típicos y un desayuno compartido con el
cuerpo de educadores que organizaba, fue un agrado poder estar allí y
presenciar y vaticinar y disfrutar para nuestros adentros la calidad
humana de los mexicanos. Allí mismo conocimos a Roberto Rodríguez
Chavelas, de quien no pudimos despedirnos y agradecerle su disposición y
preocupación para con nosotros, imagínate, recién bajábamos del avión,
nos fuimos a la escuela de José Castro, luego vino el almuerzo -que más
que almuerzo fue un banqueteeeee de mariscos y pescados: gran
experiencia gastronómica- y a esas alturas ya no podíamos mantenernos en
pie de lo cansado que estábamos. Pero déjame contarte que fue Roberto
Rodríguez Chavelas (recuerdo su nombre completo por Chavela Vargas, tan
nuestra como de ustedes) la persona que nos quería llevar a descansar a
su casa o pagarnos un hotel para tendernos unas horas para luego
continuar a Tezontepec, a lo que nos negamos por vergüenza, pues no
podíamos seguir recibiendo más atenciones, más era un abuso, éramos unos
reyes siendo atendidos por estos docentes. Y, bueno, lo mismo ocurrió en
las demás escuelas que conocimos, agasajos, talleres con los
estudiantes, intercambio de experiencias pedagógicas con los docentes
mexicanos, etc. Todo hermoso y necesario, absolutamente necesario.
Cristina, necesito comunicarme con estos docentes para expresarles mis
cariños y respetos.
Te comento todo esto a modo de que conozcas lo que vivimos la delegación
chilena en ese contacto generoso con las escuelas y con sus educadores.
Un abrazo grande y ¡todo mi apoyo a los docentes!!!
Patricio Morales Lizana
Chile |
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